“La Cobrita” Sánchez despidió a Alejandra "Locomotora" Oliveras: “Merecía el reconocimiento en vida”

“Estoy muy enojada, y no quiero hablar enojada”, advirtió desde el principio. “Trato de bajar 800 revoluciones, pero la impotencia es muy grande. Tuvieron dos décadas para tratarla bien, para reconocerla, y ahora parece que todos se convirtieron en sus fans”, expresó con crudeza.

Andrea relató que mantenía una relación de respeto y cruce constante con Oliveras: “No solo nos encontrábamos en los gimnasios, también en los medios. Ella promovía un boxeo aguerrido, y yo trataba de mostrar que el boxeo no te quita la feminidad. Desde lugares distintos, ambas promocionábamos este hermoso deporte”.

La noticia del fallecimiento la tomó por sorpresa. “Fue un baldazo de agua fría. La última noticia que teníamos era que le habían retirado el respirador, y yo, que también estuve en coma, pensé que ya se estaba recuperando. Me enteré justo cuando me estaba preparando para grabar mi programa y fue un golpe durísimo”.

Sánchez cuestionó el repentino afecto público hacia Oliveras: “Ahora todos hacen el videíto llorando, cuando la trataron mal durante años. La cagaron de hambre toda la vida y ahora le quieren hacer el mejor panteón. ¿De qué sirve?”.

“La usan incluso después de muerta. Su lucha fue siempre por el reconocimiento. Ella fue la oveja negra, porque no se callaba, decía lo que pensaba. Y eso molesta cuando hablás con verdad y desde el sentimiento”, agregó.

La campeona recordó las conversaciones recientes con Alejandra, quien se mostraba entusiasmada con su rol político y con la posibilidad de ayudar a los demás. “Tenía tantas ganas de vivir... hablábamos para que viniera a mi programa, para mostrar su lado B. Me da rabia pensar en todo lo que quedó pendiente”, dijo.

Consultada sobre su presente deportivo, Sánchez explicó: “Yo por decisión propia peleo una vez al año. El boxeo es hermoso, pero no es joda. Alejandra también lo decía. Es hermoso, pero nos enfrentamos a situaciones muy extremas. Golpes en la cabeza, estrés, emociones fuertes. Y ahora, como madre, lo pienso mucho más”.

Actualmente está evaluando la posibilidad de una pelea internacional antes de fin de año. “No defiendo lo que ya gané, busco nuevos desafíos. Estamos hablando con mi representante sobre una oferta afuera. Si no se concreta ahora, será el próximo año”.

Andrea reside en Devoto, Buenos Aires, aunque mantiene un fuerte vínculo con su Villa Ángela natal, donde recientemente fue homenajeada con una vitrina en el museo local. Sin embargo, aclaró que no asistirá al velorio de Oliveras: “Estoy muy enojada. No quiero exponerme. La despedí a mi manera, llorando sola a las cinco de la mañana”.

Para sus coterráneos, dejó un mensaje claro: “Recibí muchos mensajitos de cuidate, y eso me hace tomar conciencia. Peleo una vez al año porque los golpes en la cabeza no salen. Me cuido porque me amo, y también por mi hijo, mi esposo y mi familia. El boxeo es hermoso, pero también tiene consecuencias”.

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