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Libertad Digital
"Las fiestas son una época del año de extremo colapso para muchas personas, está lleno de reuniones y despedidas donde se juntan muchos factores estresantes. Para muchos significa celebración, alegría, familia y reencuentros, pero hay una gran parte de la sociedad a la que no le sucede eso. Hay personas que a las fiestas las tienen sesgadas por alguna situación o quizás justo esta vez les toca pasar sin alguien que es importante. También a veces nos vemos en la obligación de juntarnos con personas que en cualquier otro momento no lo haríamos, lo que es una demanda social y una carga emocional alta" detalló.
"Si tratás a un amigo como te tratás a vos, ¿Seguirías siendo tu amigo?"
Respecto a las ausencias de seres queridos en la mesa, dijo que: “Es importante aprender a escucharse, que sean fiestas no significa que las tenga que pasar bien, puedo permitirme estar triste, reservame, quizás no festejar. Hay veces que tenemos que dejar un poco la demanda familiar y social, sin aislarnos, pero sí filtrar con quién y cómo. Al fin y al cabo el duelo no te pregunta si es 25 de diciembre o 31, no vamos a pararlo porque es fin de año, eso es atemporal. La pregunta no es si está bien o está mal, sino qué es lo que necesitamos. Nunca vamos a complacer a todo el mundo”.
También describió los balances del año: “De alguna manera, al estar hipercomunicados con todo el mundo, y ver cómo todos hacen sus balances, nos lleva muchas veces a pensar. También creo que son una buena excusa para rever qué nos gustó de este año y nos sirvió, qué queríamos hacer y no lo logramos, etc.”, ante esta frustración indicó que hay dos opciones: “o nos quedamos llorando en lo que no fue, o aprendemos de ello y lo aplicamos el año que viene. Aliento a la gente para que, lejos de quedarnos en lo que no hicimos, nos propongamos ver qué vamos a hacer de hoy en adelante, incluso mañana mismo, no necesariamente esperar a principio del año que viene”.
“Si tratás a un amigo como te tratás a vos, ¿Seguirías siendo tu amigo? Es una pregunta para pensar. Hay que tratarnos a nosotros mismos como si fuéramos alguien que amamos. Quizás en estas fiestas tenemos que pedirle perdón o ponerle un límite a alguien, también dejar de pensar en cosas superficiales y prestarle más atención a lo profundo”.
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Columnista: Gabriela Betjan
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