Convivir, no expulsar: el llamado de Ambiente a respetar los hábitats naturales

“El BOA es una de las divisiones de la Subsecretaría que se encarga de fiscalizar, es decir, controlar el cumplimiento de la normativa. No sólo en materia de pesca, sino también en la caza, la tala de árboles, el uso de biocidas y en tareas de rescate animal”, explicó Moro.

El funcionario señaló que el equipo trabaja de manera articulada con la Dirección de Áreas Protegidas y Biodiversidad, especialmente ante casos de ejemplares de fauna silvestre que se encuentran en peligro o fuera de su entorno natural.

“Tenemos un trabajo muy arduo con el tema de la fauna silvestre. Lo que ocurre es que las ciudades han invadido el hábitat natural de muchas especies, y debemos entender que tenemos que convivir con ellas, no expulsarlas”, sostuvo.

Moro comparó la situación con lo que ocurre en otras provincias y regiones del mundo, donde el crecimiento urbano avanza sobre territorios que originalmente pertenecían a especies nativas.

“Ocurre lo mismo con muchos barrios tipo country que se construyen en zonas agrestes. La gente se muda allí sin tener en cuenta que está entrando en el hábitat propio de yacarés, serpientes o arañas. Por eso hay que respetar esos entornos y conocer los protocolos de convivencia”, remarcó.

El subsecretario explicó que la aparición de animales como monos o carpinchos en zonas urbanas no se debe únicamente a la expansión de las ciudades, sino también a los efectos del cambio climático y la degradación ambiental, que reducen su acceso al alimento.

“Los monos se acercan a las ciudades porque es su hábitat y porque muchas veces no tienen alimentos por las sequías o inundaciones. La gente cree que rescatarlos es una solución, pero en realidad puede ser más perjudicial, porque son animales gregarios, viven en familia y separarlos es traumático”, precisó.

Moro insistió en la necesidad de fortalecer la educación ambiental y la convivencia pacífica con la fauna local.

“Tenemos una tarea de educación desde el gobierno y junto a las organizaciones ambientalistas para entender este proceso complejo. Se trata de aprender a relacionarnos con las especies respetando su lugar y tomando las precauciones necesarias”, concluyó.