La UBA en crisis: recortes obligan a suspender servicios básicos en plena actividad académica

“No hay más plata en serio”, reconoció a Noticias Argentinas una fuente de peso dentro del rectorado, reflejando la magnitud de la situación.

Según explicó el secretario de Hacienda de la UBA, Matías A. Ruiz, se dispuso un programa de restricción de gastos operativos sin antecedentes en los últimos años, incluso en comparación con otras crisis económicas que atravesó la Argentina.

Entre las principales medidas adoptadas se destacan:

• Prohibición del uso de aires acondicionados y calefacción en todos los edificios universitarios, salvo en hospitales universitarios y áreas críticas que requieren mantener la operatividad de equipos tecnológicos.

• Restricción del uso de ascensores, que quedarán limitados únicamente a personas con movilidad reducida, casos de emergencia o asistencia específica.

• Suspensión del uso de gas en calderas, con excepción de hospitales y espacios donde resulte indispensable para infraestructura tecnológica.

• Congelamiento de programas de investigación y extensión, que quedarán sujetos a la efectiva disponibilidad presupuestaria.

• Limitación del Programa UBA en Acción, que solo podrá continuar con financiamiento externo o aportes privados.

Estas disposiciones regirán mientras se mantenga vigente el veto presidencial y el recorte presupuestario que lo acompaña. Por lo tanto, es probable que los efectos se prolonguen durante todo el cuatrimestre.

El impacto de estas restricciones es profundo: pone en riesgo la continuidad de proyectos de investigación científica, condiciona la actividad académica cotidiana y obliga a la comunidad universitaria a salir en busca de recursos externos para sostener actividades esenciales.

Con más de 300.000 estudiantes y miles de docentes e investigadores, la UBA no solo es el mayor centro universitario del país, sino también uno de los más prestigiosos de América Latina. La crisis financiera actual amenaza con frenar esa trayectoria.