"Aprender a vivir de nuevo": cómo trabaja el equipo que acompaña y contiene a quienes buscan salir del consumo

Hablar de adicciones no es hablar solo de drogas. Es hablar de una problemática social, familiar y emocional mucho más amplia. Así lo explicaron los operadores, quienes forman parte de un equipo interdisciplinario que trabaja día a día con personas que buscan salir del consumo.

“Cuando uno entra al tema de las adicciones se da cuenta de que no es solamente la sustancia, es un mundo amplísimo”, explicó Fernández. “Hay adicciones químicas, como el alcohol o las drogas, y adicciones psicológicas, como la ludopatía, el trabajo, la comida o las redes sociales”.

Desde la psicología social, ambos profesionales entienden que el consumo no se da de manera aislada. “Una persona que llega a consumir lo hace mayormente dentro de un contexto social —señaló Coronel—. Muchas veces por querer encajar, por la presión del grupo, o por un malestar que viene desde la familia”.

Esa mirada integral es la que guía su tarea. “Las adicciones son un malestar social. Nadie cae en el consumo porque sí. Siempre hay una causa detrás: problemas familiares, económicos o emocionales. En la mayoría de los casos, la raíz está en la familia”, agregó Fernández.

Para los operadores, el acompañamiento familiar es clave en el proceso de recuperación. “Los límites, la comunicación y el rol de la madre y el padre son fundamentales. Si hay un buen orden familiar, el chico aprende a decir que no a las tentaciones. La familia es la base de todo”, enfatizó.

Pero llegar a pedir ayuda no es fácil. “La parte más difícil es reconocer que lo que uno está haciendo está mal y que no solo se daña a uno mismo, sino a todo el entorno —dijo Coronel—. La adicción destruye todo: familia, amistades, trabajo. Por eso, el primer paso es reconocer la enfermedad y pedir ayuda", añadió Fernández.

En los centros donde trabajan, el acompañamiento se da a través de un equipo interdisciplinario formado por psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, abogados y operadores. “Nuestro rol es orientar, escuchar y contener. Nadie sale solo de esto. Si está el equipo, la familia y la voluntad del chico, se puede”, aseguraron.

Miguel Rodas señaló que una vez que una persona comienza un tratamiento ya no se lo denomina adicto, sino como usuario para tratarlo de otra manera. "Lo sacamos de ese contexto y le damos herramientas para que trabajen su proyecto de vida, lo que viene después de la recuperación".

Por su parte, José Luis Moreno contó que conoce de cerca lo que significa atravesar una adicción. Comenzó a consumir a los 11 años y durante más de dos décadas vivió en ese círculo. “Estuve 26 años bajo el consumo. Pensé que mi vida iba a terminar en la calle, preso o muerto. Pero un día me levanté y dije basta. Empecé un proceso y entendí que quería ayudar a otros”, cuenta.

Hoy, esa historia es también una herramienta. “Si yo cambié, cualquiera puede hacerlo. Por eso acompaño a otros. Hay chicos que me dicen: ‘¿Qué hago, José?’ y les enseño cosas simples, como levantarse y hacer la cama. Empezar por algo pequeño, sostener un hábito. Aprender a vivir de nuevo”, dijo.

Esa es, justamente, la consigna que los guía. “Una persona con consumo problemático sobrevive. Aprende a vivir cuando se levanta, comparte un mate, se vincula con los demás. Vivir es eso”, reflexionó Fernández.

El grupo de operadores integra el espacio Consumos Problemáticos Chaco, desde donde acompañan a jóvenes, adultos y familias. “Tenemos mucha demanda. Por eso decimos siempre: no estás solo, estamos acá para acompañarte”, remarcaron.

Quienes necesiten contactarse con el equipo pueden hacerlo a través del número 3624-853789 o en redes sociales, como Consumos Problemáticos Chaco.

Mirá la entrevista completa.