“El derecho ya está, falta que se ejecute”: eje del conversatorio sobre altas capacidades en Resistencia

Victoria Luque, coordinadora general del Colegio Integral Piacentini y Nancy Pontón, directora del Instituto de Neurodivergencias y Derecho, ambas delegadas de la Asociación Argentina de Altas Capacidades, coincidieron en que persiste un fuerte desconocimiento y prejuicio hacia las personas neurodivergentes.

“Si bien existe legislación y hay mayor visibilidad, la sociedad todavía se relaciona desde el mito y el prejuicio. Lo diferente se sigue viendo como algo feo, y lo que queremos es poner en valor esa diferencia, darle un marco jurídico y un abordaje integral”, explicó Pontón.

La directora del Instituto de Neurodivergencias y Derecho subrayó que su creación es pionera en el país: “Queremos funcionar como un observatorio que recopile información y genere estudios interdisciplinarios, no como compartimentos estancos. Porque una cosa es que existan derechos como la ley 2712-E que no está reglamentada, no se aplica y tal vez la persona desconoce que tiene una ley que la ampara, y otra muy distinta es que las personas sepan ejercerlos. Hoy existen vacíos legales que dejan a muchos sin protección efectiva”.

Por su parte, Luque habló desde su doble rol: como profesional de la educación y como mujer diagnosticada con altas capacidades. “Soy madre de hijos neurodivergentes y atravesamos situaciones muy difíciles en la escuela. El problema es que la ley está sancionada, pero no reglamentada. Y como todo el sistema educativo depende del Ministerio de Educación, mientras no haya protocolos claros, no se garantiza el derecho”, remarcó.

La educadora destacó que se trata de una cuestión de salud y de desarrollo humano: “Así como una persona diabética necesita insulina, las personas neurodivergentes requieren acompañamiento específico. No estamos pidiendo un nuevo derecho, ya lo tenemos. Lo que exigimos es que se reglamente y se ejecute”.

El impacto en las infancias

Pontón fue enfática en señalar que la falta de reglamentación profundiza las desigualdades: “Hay chicos con altas capacidades que crecen en contextos de pobreza y nunca se enteran. Si no hay protocolos en salud y educación, esos niños pueden pasarla muy mal, sentirse solos, frustrados y hasta fracasar en la escuela”.

Luque también hizo hincapié en los mitos sociales: “Una persona con alta capacidad no es un genio, es un potencial a desarrollar. Hoy hay muy pocos profesionales de la salud y de la educación interiorizados, pero si la ley se reglamenta, se van a especializar, van a recibir capacitaciones y el tema se puede poner en agenda”.

La necesidad de un cambio cultural

Ambas especialistas coincidieron en que el abordaje debe ser interdisciplinario y sin estigmas. “Aprendemos rápido, sí, pero también tenemos muchas necesidades. Nuestro cerebro funciona distinto, sentimos distinto y no aprendemos de manera lineal. Esa asincronía nos atraviesa en lo académico y en lo emocional”, describió Luque.

"A todos nos cambió la vida el diagnóstico, te da identidad, porque uno cree que está mal", sostuvo. 

También agregó que la neurodiversidad es parte de la riqueza humana: “Todos somos diferentes, todos tenemos necesidades y talentos, lo especial de la raza humana es la diversidad que tiene”.

El conversatorio en el Centro Cultural Nordeste

El encuentro será el martes 26 de agosto, de 19 a 21 horas, en Arturo Illia 355. La entrada es libre y gratuita. No requiere inscripción previa, salvo para quienes necesiten certificado de asistencia. “Será un espacio dinámico, no una mera exposición, con profesionales que también son neurodivergentes y compartirán su experiencia en primera persona”, adelantaron.

“Necesitamos que la comunidad se involucre, que nos acompañen. Porque si no se reglamenta la ley, miles de personas quedan sin herramientas para desarrollarse”, concluyó Luque.

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