Vivimos en una era donde la experimentación sexual ya no es un tabú en la mayoría de los sectores sociales. Una persona puede indagar en sus gustos y el conocimiento de su propio cuerpo como más le plazca. Siempre a conciencia y con consenso.

Ante esto, los "clubes sexuales" han tenido una disparada en distintos puntos del globo y han llegado a la Argentina siendo muy bien aceptados en distintos círculos. Aunque - claramente - aun no forman parte de la cultura general por lo que se viven en el subterfugio citadino.

¿Qué son los "clubes sexuales"? Son organizaciones que suelen surgir especialmente de movimientos swingers. Es decir parejas que intercambian parejas. Pero esta actividad también se extiende a los "solos y solas" que cuentan incluso con distintas aplicaciones particulares que funcionan como Tinder.

No suelen realizarse estos "clubes sexuales" en locales comerciales sino en domicilios privados donde los participantes acuerdan fecha, horario y modalidad. La propuesta suele incluir cena, alcohol, box-toy y los elementos que los asistentes acuerden para cumplir con distintos fetiches.

Tal es este caso donde el pasado lunes, el municipio bonaerense de Ituzaingó clausuró un local comercial que, bajo la fachada de un comercio gastronómico, funcionaba como punto de encuentro para intercambios sexuales grupales. 

La clausura tuvo lugar el pasado 8 de mayo, por la noche, cuando la Inspección General del Municipio de Ituzaingó ingresó al local y encontró a 90 personas teniendo sexo. 

Según detallaron fuentes del operativo, el establecimiento contaba con distintos espacios para "tríos" o "parejas", equipados con camas, sillones y colchones. En el salón principal, junto a una barra de tragos, había un caño de pole dance. 
 
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El secretario de gobierno Juan Manuel Álvarez Luna, a cargo del operativo, aseguró en declaraciones a la prensa que la decisión de realizar la intervención la tomó el intendente, Alberto Daniel Descalzo. 

Según explicó, el Código de Planeamiento Urbano destina esa zona de Ituzaingó para bares, restaurantes y lugares de esparcimiento. 

El procedimiento, aclaró el funcionario, no derivó en denuncias judiciales dado que no  se encontró en el sitio a ningún menor. Tampoco a personas mayores que hayan manifestado estar allí en contra de su voluntad.

Sin embargo, “un punto de encuentro de intercambio de parejas es algo que no está permitido en el distrito. La decisión política es que no funcione”, remarcó Álvarez Luna.

En el pasado, en el establecimiento funcionaba el resto-bar “Swap”, que había tramitado una habilitación para trabajar como un local gastronómico. Según medios de Ituzaingó, el local luego pasó a otros dueños pero no se solicitó un cambio de actividad, lo que permitió al municipio denunciarlo ante el juzgado de faltas por el desfasaje en el rubro comercial declarado.

Además de funcionar bajo la fachada de otro rubro, en la requisa del bar se detectaron otras irregularidades, como la falta de matafuegos, el incumplimiento de medidas anti siniestros y la ausencia del informe final de bomberos.