Carolina Veronelli, de Villa Ángela al podio mundial: d'Benizio ganó el bronce al mejor alfajor exótico

En la reciente edición del Mundial del Alfajor, realizada en Buenos Aires, más de 400 muestras compitieron por un lugar en el podio. Allí, Carolina Veronelli, dueña de d'Benizio Alfajores de Villa Ángela, obtuvo la medalla de bronce al Mejor Alfajor Exótico, un logro que posiciona a la provincia del Chaco en el mapa de la pastelería artesanal.

“El alfajor tiene una corona de dulce de leche y un dulce de frambuesa que hacemos artesanalmente. Está bañado en chocolate blanco con un tono rubí y decorado con frambuesas liofilizadas que conservan toda la intensidad de lo ácido”, explicó la emprendedora.

Las frambuesas liofilizadas —un producto costoso pero de gran calidad— fueron clave en la propuesta. “Es un proceso de deshidratación que mantiene intacto el sabor y el aroma. La verdad que son espectaculares y combinan perfecto con el dulce de leche y el chocolate”, destacó Veronelli.

El certamen es exigente: los jurados evaluaron más de 400 alfajores bajo 35 criterios distintos. “Analizan todo: desde la galleta y el dulce de leche hasta si los sabores combinan correctamente. También observan, huelen y prueban cada alfajor para evaluar la experiencia completa”, contó la chaqueña.

Veronelli confesó que el resultado fue una sorpresa. “Nosotros teníamos también un alfajor con corazón de maracuyá que vendimos muy bien en Buenos Aires. No sabíamos cuál iba a destacar. A último momento cambié la categoría del alfajor y finalmente este fue el premiado. La competencia estaba muy difícil”.

Más allá del premio, el evento fue un espacio de encuentro y oportunidades. “Es un lugar para conocer colegas con más experiencia. Me encontré con gente muy solidaria que me ayudó incluso a traer cajas que me habían quedado. Además, se acercan proveedores, empresas y posibles clientes. Es una vidriera enorme”, aseguró.

Actualmente, d'Benizio Alfajores avanza en el proceso de registro y habilitación nacional, requisito indispensable para llegar a nuevas góndolas. “Podés vender de manera artesanal, pero todo tiene un límite. Si queremos trascender, necesitamos esa habilitación. También es una garantía para el consumidor de que se trata de un producto seguro”, explicó.

El reconocimiento también tuvo un fuerte impacto emocional. “En Buenos Aires me crucé con muchos chaqueños que se acercaban porque nuestro logo dice Alfajor chaqueño. La primera persona que me abrazó fue una señora mayor, y sentí una enorme compañía. Eso me dio mucha fuerza”, relató emocionada.

Para Veronelli, representar a la provincia es un orgullo: “Me hace feliz saber que desde Villa Ángela puedo traer un premio internacional al Chaco. Este rubro está dominado por Buenos Aires o Córdoba, y no hay tantos chaqueños participando. Ojalá más emprendedores se animen, porque más allá del premio, es un crecimiento personal”.

El emprendimiento atraviesa una etapa de definiciones. Su local en Villa Ángela está cerrado momentáneamente, ya que evalúa nuevos rumbos. “Estoy pensando en reabrirlo, pero de otra manera. A veces hay que elegir: o te quedás en el local o salís a mostrar el producto al mundo. Quiero hacer las cosas bien y con responsabilidad”, señaló.

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