"A mi peor día limpio no lo cambio por mi mejor día de consumo"

"El consumo empezó con el alcohol en la adolescencia, entre los 13 y 15 años. Yo estaba en la secundaria y era algo social, estaba bien tomar. Salíamos los fines de semana e identifiqué que ya tenía un problema porque terminaba inconsciente, me tenían que llevar a mi casa y eso se fue intensificando. Entre los 18 y los 20 probé otras drogas y ahí sentí que empezó a afectar todos mis círculos porque dejé de lado el deporte, me empecé a aislar de mi familia y eso trajo mucho dolor", contó Nicolás.

"Hay muy poca información sobre qué hacer al respecto. Yo fui al psicólogo, al psiquiatra, a la iglesia para poder dejarlo, pero nada me funcionaba y no me sentía entendido", agregó.

"Creo que está dentro de la cultura social el consumo a temprana edad. Los padres no tienen una interpretación de una conducta anormal, no ven la importancia que tiene esa primera sintomatología que es el comienzo de las adicciones. Cuando un joven tiene una borrachera circunstancial sería aceptable, pero no cuando cada vez que sale vuelve borracho", explicó Cuño.

"El adicto tiene mucha negación y la familia también intenta justificarlo. En mi caso, me fui a vivir a Buenos Aires para seguir mis estudios universitarios, pero eso fue peor. Confundí libertad con libertinaje, creía que era diferente al resto, que no encajaba en la sociedad, creí que elegía esa vida pero llegué a un punto en el que estaba más solo, más desesperado, no podía parar, no podía cumplir con mis estudios, no conseguía trabajo. El consumo había tomado gran parte de mi vida, ya no era bienvenido en mi casa, me comunicaba menos con mi familia, eso me dolía y más dolor trae más consumo", expresó Nicolás.

"Yo me tuve que internar en una fundación que trabaja con el grupo de Narcóticos Anónimos, el sistema que tiene más adictos en recuperación del mundo. Eso fue lo que me funcionó y con lo que me sostengo día a día", dijo.

"Reconozco que tengo una enfermedad que no tiene cura, pero que la recuperación es posible. Uno aprende un montón sobre lo que tiene e identifica patrones y alertas", sostuvo.

"Estar acompañado por un equipo y estar atento a los disparadores es importante, ese el momento en donde nuevamente tiene que pedir ayuda y acogerse a los mecanismos de contención", indicó el médico especialista.

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