Sergio Antunez: "Los médicos pediatras somos los últimos 'mohicanos' de aquellos viejos médicos de familia"

"Aprovecho para saludar a todos mis colegas y en este momento puedo decir con orgullo que la Argentina está entre los países con mejor pediatría", expresó el Dr. Sergio Antunez.

En esa línea especificó que existen muy buenas escuelas de pediatría en el país con una sociedad científica que es un "mascarón de proa" en la especialidad en Latinoamérica y forma parte del buró de la pediatría mundial. "Es importante remarcar esto en nuestro día para que la sociedad sepa que sus hijos están en muy buenas manos", subrayó.

Antunez recordó sus inicios en Fontana y Puerto Piacentini donde logró establecer fuertes lazos con la comunidad. "Todavía sigo recibiendo el cariño de descendientes de esas familias", aseguró.

"Recuerdo el pediatra Sergio Antunez que como muchos otros médicos estaban trabajando con dedicación exclusiva en el hospital, que chapoteábamos con botas de goma llevando en brazos a un niño con una dificultad respiratoria, que por ahí llovía y debíamos dejar el auto frente a la Estación de Cacuí y caminar hasta el viejo centro de salud que hoy ya es historia", recuerda.

También evocó su paso por el sector privado donde pudo recolectar un amplio anecdotario. "Me recuerdo haciendo cosas quijotescas que me llenaron de satisfacción y alegría, hoy cuando me acuerdo se me dibuja una semi-sonrisa en el rostro y el alma, y volvería a ser pediatra", remarcó.

"Los pediatras somos los últimos mohicanos de aquellos viejos médicos de familia. Nos dieron el privilegio de abrir las puertas de su casa, de su intimidad, de su corazón y de su amor. Es fantástica nuestra práctica, es ver crecer al cachorro humano porque atendemos la semilla de la humanidad, y eso solo es un privilegio porque contribuimos aunque sea controlando que todo marche bien", manifestó.

Antunez también se tomó el tiempo para referirse a la formación de las nuevas generaciones de médicos y remarcó que "se debe saber que la medicina es un encuentro entre humanos". "El día que no te emociones ante un niño doliente, debés poner tu cabeza a trabajar en otra cosa", expresó.

El experimentado pediatra remarcó que la formación humana viene de la familia, por lo que la calidad de persona la trae consigo. De este modo, separó las profesionalidad académica con la formación humana.